Un cuervo robó a unos pastores un pedazo de carne y se retiró a un árbol. Lo vio una zorra, y deseando apoderarse de aquella carne empezó a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes proporciones y su gran belleza, agregando además que no había encontrado a nadie mejor dotado que él para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz. El cuervo, para demostrarle a la zorra que no le faltaba la voz, soltó la carne para lanzar con orgullo fuertes gritos. La zorra, sin perder tiempo, rápidamente cogió la carne y le dijo:
–Amigo cuervo, si además de vanidad tuvieras entendimiento, nada más te faltaría realmente para ser el rey de las aves.
Cuando te adulen, es cuando con más razón debes cuidar de tus bienes.
–Amigo cuervo, si además de vanidad tuvieras entendimiento, nada más te faltaría realmente para ser el rey de las aves.
Cuando te adulen, es cuando con más razón debes cuidar de tus bienes.
LA ZORRA Y EL CUERVO GRITÓN.
Fábula de ESOPO
Fábula de ESOPO
Comentario:
Siempre hay que desconfiar de la adulación, para montar al caballo hay que acariciarle la cabeza, asi que omitamos comentarios y busquemos el proposito de las palabras recibidas
Siempre hay que desconfiar de la adulación, para montar al caballo hay que acariciarle la cabeza, asi que omitamos comentarios y busquemos el proposito de las palabras recibidas
2 comentarios:
Las adulaciones son como la música que encanta a la cobra y la deja indefensa ante el encantador. Hay que tener cuidado dependiendo de quién vienen los halagos y la intención oculta que pueden tener.
A veces es mejor una crítica bien intencionada.
Buena la historia. Te voy agregar a mi lista de blogs que leo.
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