martes, 1 de octubre de 2013

Detrás de una Fotografía de Campaña

Era el año 1912, y las elecciones presidenciales en Estados Unidos estaban en su punto álgido. El expresidente Theodore Roosevelt había decidido volver a la arena política debido a la irritación que le producía la manera en que su sucesor, el presidente William Howard Taft, había estado gobernando el país. La campaña era dura; cada día parecía presentar nuevos retos. Pero surgió un problema que nadie había previsto. Ya se habían impreso tres millones de copias de la fotografía de Roosevelt para ponerlas en circulación, junto con un discurso electoral, cuando el jefe de campaña descubrió una metedura de pata catastrófica: no se le había pedido permiso al fotógrafo para usar la fotografía. Para empeorar las cosas, no tardó en descubrirse que las leyes sobre propiedad intelectual permitían que el fotógrafo pidiera hasta un dólar por cada copia de la fotografía. En 1912, una pérdida de tres millones de dólares equivalía a perder más de sesenta millones hoy. Ninguna campaña podía permitírselo. La alternativa también era muy poco atractiva: volver a imprimir tres millones de folletos sería tremendamente costoso y podría causar retrasos graves. El jefe de campaña tenía que tratar de negociar un acuerdo mejor con el fotógrafo.
Después de analizar cuidadosamente el problema, le envió el siguiente telegrama: “Planeamos distribuir tres millones de copias discurso campaña con fotografías. Excelente oportunidad de publicidad para fotógrafos. ¿Cuánto está dispuesto a pagar por usar sus fotografías? Responda de inmediato”.
El fotógrafo no tardó en enviar una respuesta. Mandó un telegrama con el siguiente mensaje: “Agradezco oportunidad, pero sólo puedo permitirme 250 dólares”.

Comentario:

La historia es claro ejemplo de como se le puede dar vuelta a una situación jugando apropiadamente con la información la cual claramente el fotógrafo no la sabía, sin embargo el jefe de campaña astuta mente pensó en como hacer creer que le podía dar un beneficio al fotógrafo al utilizar su foto ya que algo que no cuenta esta historia es que el fotógrafo estaba en una situación precaria que mas bien vio él una oportunidad extraordinaria de lograr  publicidad de su trabajo en la campaña del expresidente Roosevelt. Lo importante es no desesperarse y pensar con cabeza fria como se puede salir de la situación sin demostrar temor o desesperación.